Del 2 al 30 de marzo en el Patio
Verborrea común suele ser lo que toca en este apartado de la exposición, comúnmente textos que den
indicios pero de información ultra críptica haciendo alarde del uso de piruetas redundantes y estilísticas
de tal forma que traten de encriptar al máximo la información proporcionada que en muchas ocasiones
se antoja vaga, seudo profunda y descriptiva. Letras que se apilan sin intención con la vaga pretensión
de legitimar las obras expuestas.
Esta exposición no iba a ser una excepción. La ficción y la realidad se muestran crudas, sin refinamiento
alguno y distorsionadas. Ante la ambigüedad de las imágenes el burdo pincel juguetea con la metáfora.
Se busca que el espacio expositivo se convierta en un ágora intelectual en el que todos los agentes se
muestren de manera horizontal con la finalidad de enriquecer a los individuos al contrastar opiniones.
Por ello la estética general del proyecto está inspirada por la historia del arte, la cultura, la política y la
filosofía, teniendo siempre en cuenta lo contestatario y el humor, lo cual acaba degradándose en un
pastiche profundamente desordenado y anárquico. "El arte es el espejo que refleja lo que somos"
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